Tywin
Lannister (una de las encarnaciones del poder) ofrece a Tyron (su hijo) el
perdón siempre que éste se confiese culpable. Dejaré al margen la relación
paterno-filial que se traen entre manos porque ella sola merece un estudio
clínico a parte y aunque yo también tenga debilidad por los tullidos y las
cosas rotas, haré lo que Lord Twin, no permitir que lo personal interfiera en mis
negocios.
Lo que
me interesa destacar es como esta permuta (indulgencia a cambio de confesión) demuestra
que el poder nunca estuvo interesado ni en la verdad, ni en la justicia. Los
soberanos lo único que quieren son súbditos que se postren de rodillas.
Esta es
una petición que lo rebeldes toleramos muy mal, por supuesto. Pero tal y como están las cosas (tanto en el
antiguo Poniente como en esta vieja Europa)
igual es mejor llevar la revolución a canchas más sutiles.
Propongo
sacar partido de una de las premisas que inspiran a Lord Petyr (otra mano meciendo
la cuna). Según él “todo el mundo quiere algo y cuando uno sabe qué quiere un hombre sabe quién
es y cómo manejarlo”
Conocemos
su punto flaco: que vengan a suplicarnos pleitesía.
Miss Plumtree
No hay comentarios:
Publicar un comentario