De momento saciaba su deseo de
infinito en los museos. Fue en
uno de esos museos donde se topó con Hopper. Gracias a una recopilación
especial de obras que había cruzado la línea de un ancho mar para exponerse en
su ciudad. Las pinturas venían de otro
continente y los personajes que las habitaban de lugares mucho más lejanos.
Le llamó
la atención el vacío en el que se desarrollaba la obra del autor. Y pasó horas
observando los cuadros. Cuando entendió que Hopper pinta dentro del silencio se
coló dentro de un cuadro. Para experimentar la calidez de los lugares que no
tienen palabras.
Los
personajes de Hopper están fuera de lugar. Alguien se equivocó en el reparto de
sus cuerpos y acabaron depositados en un lugar incorrecto. Ellos saben que no
están donde deberían, por mucho que sus congéneres intenten convencerles de lo
contrario. Por eso, cuando tienen oportunidad se cuelan en los cuadros de
Hopper buscando refugio.
Miss Plumtree
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