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jueves, 8 de agosto de 2013

La estrategia de Penélope



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Me gusta imaginar que la única condición que Penélope le puso a Ulises para consentir sus prolongados viajes fue que la mantuviera informada. Que al culminar una etapa le mandara unas líneas explicando las aventuras con que se había encontrado (logré derrotar a  Polifemo, me raptó Circe en un descuido, o el otro día oí el cantar de unas sirenas…)  

Eso explicaría la obstinación de la itacense en evitar una segunda boda. Porque sabía que su esposo estaba vivo y coleando de puerto en puerto. Además, el conocer en todo momento la ubicación de su marido le permitiría colear a ella  también sin temor a que el héroe regresara de súbito y la pillara in fraganti (tiempo de sobras tuvo, la Dama, de beneficiarse a toda el Ática)

¿Contestaría Penélope a los mensajes de Ulises? Yo creo que sí. Y estoy segura de que los manojos de cartas permanecen inéditos y atados con un cordel dentro de algún cofre. En el Palacio de Ítaca. Y que el día menos pensado un editor mitómano los rescatará del anonimato para mi entero disfrute.

PS: lo tengo todo preparado, competirán todos los pretendientes en un torneo de tiro con arco para conseguir mi mano. Disfrázate te mendigo y mézclate entre ellos.  Solo espero que después de tanto tiempo no hayas perdido habilidad con la flecha.

Miss Plumtree